domingo, 13 de mayo de 2007

Dale educación a la gente del pueblo y verás lo que sale, o "Experiencias de un no-licenciado en un viaje de la SE-EC"

Dos puntualizaciones: En primer lugar, que nadie piense que esto va de política, aunque por las fechas en que nos encontramos pudiera parecerlo; ni que voy a discutir uno de los derechos fundamentales del hombre, esto es, el de recibir educación, pero convendreis conmigo, al finalizar de leer esto, en que no siempre la educación que se da a la gente, está todo lo aprovechada que debiera. En segundo lugar, para los profanos en la materia aclarar que la SE-EC es la Sociedad Española de Estudios Clásicos, y aunque haya quien piense que se escribe todo junto (yo hasta ayer lo pensaba), debemos puntualizar que según nuestra Megadiosa Maliciosa es la SE EC, doctores tiene la Iglesia.
Pues bien, hechas tales salvedades, comencemos con nuestro relato en el que participarán de forma singular lo más nutrido (que menudos cuerpos) de la cultura murciana, que en un acto de abnegación sin precedentes, quisieron mezclarse con algunos no-licencianos (¡oh, dioses!) para concedernos el placer (?) de disfrutar de tan amplia sabiduría, que abarca muchos ámbitos, como veremos. Comenzó la mañana junto a las puertas del corte inglés, insigne punto de encuentro para el inicio de las excursiones sabatinas, ya que compartíamos lugar con otro grupo de personas ataviadas con sus mochilas y sonrisas estupefactas al ver a un nutrido grupo de gente que parecía escapado de algún geriátrico (salvo contadas excepciones). Inicióse nuestra andanza hacia tierras alicantinas con un discurso de la dorada Megadiosa Maliciosa (o lo que es lo mismo ese infame retaco del que salen sonidos tan estridentes que parécenos a muchos encontrarnos en el interior de una fragua a la antigua usanza con el ensordecedor sonido de los yunques, el crepitar de las llamas y las voces de los maestros artesanos del hierro dirigidas a sus aprendices). El discurso, como decía dio comienzo al glorioso día en el que los no-licenciados íbamos a disfrutar de una grandiosa muestra de las cátedras del saber filológico y artístico de nuestra universidad en el marco incomparable de las ruinas de La Alcudia (Elche), el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) y las ruinas de Lucentum. Las bellas palabras con las que la Megadiosa Maliciosa nos deleitó iban orientadas, principalmente, a ilustrar a los presentes sobre las grandes joyas que en la jornada habríamos de observar, aunque aprovechó también la ocasión para recordarnos a los no-licenciados que allí nos econtrábamos que estábamos en una situación inferior al resto, por lo tanto no podríamos rellenar un papel de inscripción, hecho que tardamos unos interminables segundos en superar por la afrenta que suponía y que aprovechamos para forjar una manifestación expontanea ante las puertas del MARQ. Dicho esto comenzó una parte del discurso que no tiene parangón en los grandes oradores de la antigüedad, pero dignas de los Misterios Eleusinos, palabras que cual Pítica sacerdotisa hicieron las delicias de los iniciados en tales oráculos y que merecieron la ovación de los mismos, mientras, absortos ante tan sorprendente muestra de sapiencia que el paso de los siglos ha reservado, inalterable, a unos pocos, algunos doctorandos y los no-licenciados observábamos como personas que se encuentran ante un hecho decisivo de la historia sin dar crédito a lo que nuestros ojos veían, ¡¡hasta qué punto podía llegar la abnegación y cercanía de tan ínclitas personalidades!! ¿Qué sorprendetes revelaciones nos depararía todavía el día?
No se hicieron esperar mucho las siguientes manifestaciones, ya que a nuestra llegada la ciudad de Ilici (cuya pronunciación, según la Megadiosa Maliciosa -¡alabados sean los dioses!- es Ilichi, como atestiguan los muchos años de estudio profundo de la lengua latina -con su fonética- que lleva a sus espaldas), a nuestra llegada, como decía, este humilde no-licenciado y su Pepiroja acompañante (doctoranda, para más señas) asistimos a un grandioso descubrimiento realizado por tres de tan insignes personajes, que no pudieron reprimir la emoción que les embargaba al encontrarse ante una vitrina y ver que "tenían vidrio los romanos" (¡¡oh dioses!!) descubrimiento tantos siglos oculto a nuestro ojos, qué lástima que estuviese roto. Aun no salíamos de nuestro asombro cuando a la salida del pequeño museo de La Alcudia nos acercamos a las ruinas del foro y la Florida y Espinosa (cual Rosa que crece silvestre) acompañante de la Megadiosa Maliciosa, de aurea testa, hizo la más sublime descripción artística de un foro romano y cuya formulación exacta, según testimonio de aquellos que lo escuchamos, es la que se sigue: "Está muy abigarrao, mmmmm (sonido nasal que indica el desarrollo de una acción de pensamiento) me falta foro", a lo que una tercera persona anónima asentía. Nuestros oidos quisieron ensordecer ante tan grave revelación, por no considerarse dignos de ser receptores de tanta sabidudría contenida en tan pocas palabras. Temerosos de recibir otra revelación que nuestros espíritus no iniciados fueran incapaces de soportar nos alejamos siguiendo el camino en que multiples caracoles se exponían bajo un sol de justicia dando lugar a que recordásemos recetas tan deliciosas como los caracoles engordados en leche, del incomparable (por fortuna) cocinero del siglo I d. C. Apicio. Refulgentes destellos aureos cegaron nuestros ojos y la Megadiosa Maliciosa (Alabada sea) salió a nuestro encuentro y nos reveló que "Allí está la la Dama de la Leche que recibe y se deja fotografiar con ella", lugar al que prestos nos encaminamos, tras lo cual tuvimos un nuevo momento de acercamiento de tan sublime presencia que nos ilustró sobre el arte micénico presente en Ilici (léase Ilichi), algo de lo que todavía ningún arqueólogo ni historiador conocido se ha hecho eco, quizá porque sus mentes no iniciadas no han sido capaces de ver en unos ruinosos muros de manpostería con una columna adosada y a un lateral de la entrada y con un mortero de color rojo (actualísimo), la influencia del arte micénico que admirablemente se refleja en Cnosos, tan lejano en el tiempo y en el espacio.
Tras haber inmortalizado desde la recientemente (desde ayer) renominada torre de los misterios, el momento en el que la Espinosa Acompañante se prepara sobre el altar del sacrificio, el inspirador sol de justicia que caía sobre nuestras cabezas hace que nuestra amable Megadiosa Maliciosa (que los dioses guarden cual Saturnio vástago) nos dé una nueva aportación para enriquecer nuestras mentes y sobre todo nuestro vocabulario, al expresar que "todos el lunes vamos a tener un moreno agroman", expresión que la Megadiosa Bondadosa, la de infinita paciencia, osa corregir con la más común de "moreno albañil", y como bien es sabido que quien dice lo que no debe escucha lo que no quiere, la más alta (aunque no por físico) exponente de nuestro panteón responde ante tan osada alocución con sabias palabras que reflejan la motivación de tal expresión y según sus palabras no literales el "moreno agromán es más integrador, porque juega con agro y man -hombre de campo- y aunque es una empresa, es la primera que puso carteles". Sin más dilación nos disponemos a subir nuevamente al autobús donde hay un litigio entre La Megadiosa Bondadosa (que dada su condición de doctoranda no tiene capacidad para interpretar los grandes signos de los oráculos, pero sí puede emitir juicios como licenciada) y la Megadiosa Maliciosa, de aureos cabellos; la primera propone la invención de la "Barby Megadiosa" con traje amarillo mientras la segunda cuenta un chiste sobre el metro (bendita la hora en que aprendió a hablar), tan bueno que consiguió arrancar las risas hasta de los sillones y que no reproduzco aquí por salvaguardar vuestra salud mental. La divina aparición de la Megadiosa Bondadosa tiene uno de sus puntos álgidos con la formulación de la tesis que manifiesta que "A las basílicas paleocristianas los móviles no le sientan bien", quien sabe cuanto saber oculto tiene esta afirmación.
Tan solo la meditación profunda de tales formulaciones y tan reveladores hechos podrán acercanos al espíritu de los iniciados en los nuevos misterios de la SE-EC. Por ello os invito a ello, y aquí dejo por ahora el relato de los sorprendentes hechos a los que ayer asistí. El siguiente capítulo aparecerá a lo largo de la semana y recogerá lo acaecido en la Grande y Bien-poblada (de descamisados adolescentes) Ciudad de Alicante. Os invito, por enésima vez, a que hagais algún comentario sobre lo leido, que ya sé que es mucho, pero mi espíritu de no-licenciado me impide mejores tareas de síntesis y expresión, y necesita de la presencia manifiesta de los furtivos lectores que por aquí se dejen caer.

6 comentarios:

José Ramón Pastor dijo...

Eso te pasa por juntarte con Ateneas cualquiera. Tendríais que haber venido a mi huerta, que mientras estábais vosotros viendo ruinas yo estaba recogiendo patatas, os hubiera enseñado a coger patatas clásicas, por supesto, que seguro que es más productivo. Te imaginas cualquiera de tus megadiosas cogiendo patatas??, jaja. Un saludo.

Anónimo dijo...

Encogido tengo el corazón al rememorar estos eventos, que tanto nos regocijaron.
Seguro que cualquier lector incauto pensará que no puede ser verdad que tan insignes personas hagan tales comentarios, y por ello he de apoyar el relato y asegurar su veracidad.
Sólo espero que el efecto de leer estas aladas palabras no sea el mismo que yo estoy sufriendo gracias a la SE-EC: Me asaltan pesadillas por las noches, de las que despierto creyendo que la megadiosa maliciosa me está gritando al oido!!!!
Espero ansiosa la segunda parte, aunque me preocupa la necesidad de un archivo de audio de la gran canción del tío de las cañas, y la posibilidad de que la alegría de recordar a los descamisados adolescentes llene el blog de babas.
Lo dicho, ansiosa espero

B. Rimbaud dijo...

Libaciones deberían de realizar, ¡oh desgraciados!, temerosos deberían de estar porque un rayo del Crónida los alcance por ofender a las Pitias de Loxias!.

Jajaja, genial tu artículo

Anónimo dijo...

Alabado sea el que circula por el ancho pecho a bordo de su fulgens carro! Reconozco la verdad inspirada por el dios en cuanto la leo y aunque mis ojos y mis oidos no fueron testigos directos, la incredulidad que golpea mis carnes ahora mismo no es más fuerte que mi voluntad. Feliz y preocupado al tiempo por desperdiciar mi tiempo en otras tareas, se despide la siempre simiente descastada de la ágil y afilada pluma que asesta las puñaladas literarias más dolorosas en el corazón de la sabiduria murciana.
Deseoso estoy, oh musa, de continuar las lecturas.

Anónimo dijo...

Creo que no podré dormir hoy, pues mi mente ha quedado marcada por esa tremebunda afirmación de la Espinosa sobre el foro. Lo que hubiera dado por estar por ahí (estaba por ahí, pero ocupada en otros menesteres, también clásicos)y recibir un tantico de tamaña sabiduría seequiana.

Anónimo dijo...

He aquí otro relato de las aventuras de Profo , esta vez de excursión ( how lucky you are pijo!).
A ver si un día vas a ver las ruinas de Albacete ( mi pueblo) que ya verás que impresionado quedarás.